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Las lecciones del fracaso de Brasil para cualquier equipo

El equipo brasileño concretó una serie de errores que lo llevaron a una derrota histórica. Lo mismo puede estar ocurriendo en tu equipo laboral. Foto:benditofutbol.com

Nadie lo podía creer, el pentacampeón fue derrotado y humillado en su propia casa. Con siete goles en su contra, uno de los equipos fuertes en cada Copa Mundial, veía su final en los primeros 30 minutos del partido. Ante la histórica derrota todos se preguntan: ¿qué afectó al equipo brasileño?

Eric Olavarrieta, consultor en Identidad Deportiva, nos ayuda a descifrar cuáles fueron los motivos por las que un equipo con reputación mundialista perdió como si se tratara de un partido de favelas, marcando una derrota historica para el país sudamericano.

1. ¿Trabajo en equipo?

Los expertos aseguran que la salida de Neymar, tras su lesión frente al equipo de Colombia, afectó de manera anímica al equipo completo.

“Estuvo marcado por la salida de un jugador tan importante para el equipo, él tenía esa gran responsabilidad que los demás no podían cargar (…) no hubo trabajo en equipo ni comunicación entre los jugadores y el DT. Nadie quiso tomar el rol de líder y arriesgarse a tranquilizar, organizar y animar a su equipo”, comenta el experto.

Un correcto liderazgo implica empoderar a cada uno de los elementos del equipo para que la motivación no recaiga en un solo elemento. Si un líder se va de vacaciones o enferma, otro debe asumir la responsabilidad. Pero eso implica un trabajo de mediano largo plazo. ¿Sabes delegar?

2. El papel de Scolari

¿Dónde estuvo Luis Felipe Scolari? Pareciera que el DT de Brasil sabía lo que iba a pasar, desde el segundo gol de Alemania y decidió bajar la guardia, derrotándose ante un exceso de confianza sin fundamentos.

Especialistas aseguran que la preparación del equipo brasileño fue deficiente durante todo el Mundial. El DT canceló sesiones dobles de entrenamiento que el equipo necesitaba, reduciendo el trabajo de los titulares y el acoplamiento del equipo en la cancha.

Mientras los equipos entrenaban arduamente, Brasil decidió dejarlos tras su participación en los octavos de final.

“Cuando se tienen altas expectativas en una persona y se espera mucho, la presión crece demasiado (…) aquí es cuando debe existir un liderazgo por parte del entrenador y los jugadores, el cual les permita soportar las adversidades en la cancha. Sin embargo, lo que vimos fue un reflejo de lo que pudo haber sido el peor Mundial de este equipo. Había una lamentable falta de manejo de conflictos, se necesitaba quién solucionara y los regresara a la concentración”, indica Olavarrieta.

3.- Miedo a asumir roles

Tras la salida de Neymar, la dependencia del equipo se dio a notar, nadie tuvo el atrevimiento y el valor para asumir el rol de capitán y guía dentro del partido – ni el director técnico ni el equipo-.

Pero esto no es una casualidad del momento: la mala preparación de los componentes, exactamente igual que en una empresa, deja al descubierto las peores debilidades de los equipos de trabajo.

Asimismo, la mala capacidad de sus líderes y colaboradores hace imposible la tarea de delegar funciones, sobre todo cuando no existe figura ue pueda asumirlos. Esto pasó con Brasil.

La presión de ser local

Todo equipo cuando está en su cancha tiene la presión de dar lo mejor de su equipo, sin embargo, también existe una ventaja con la presión que se desencadena en el equipo contrario. Brasil no supo jugar ninguna de estas dos.

Otro punto analizado por los expertos es la exigencia de primera que se le hacía a un equipo que no estaba preparado para ello, para muchos, fue una sorpresa ver a Brasil en los cuartos de final, no se esperaba que un equipo sin preparación – al menos la necesaria para un Mundial- llegara a estas alturas.

De acuerdo con Eric Olavarrieta existen tres factores importantes que cualquier equipo de alto rendimiento, como el brasileño, debe analizar:

1. Visión

“Es importante aprender a leer las situaciones desde una perspectiva positiva, en caso de y, por supuesto, de forma fatalista. Esto permite ajustar desde antes y sobre la marcha, se necesita saber en qué momento es oportuno realizar cambios”, indica el experto.

2. Distribución de roles

Tanto en las empresas como en la cancha cada quien sabe qué rol representa, trabajar y desarrollarse de manera personal podría dar ventaja y terminar con la dependencia que se vio hacia un solo jugador.

3. Manejo de emociones

Scolari se había derrotado ante el segundo tanto contra su equipo. El lenguaje corporal lo decía todo: no había gesticulación alguna ni lenguaje corporal que diera a notar su preocupación. Esto puede afectar a todo un equipo, antes de haber sido derrotados, su guía ya lo estaba.

“Hay que estar preparados para manejar tu liderazgo en cualquier situación, el entrenador tenía la actitud de vencido desde antes, esto influyó en el estado anímico de los jugadores, fue un gran error”.

Fuente:Altonivel

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